domingo, 5 de abril de 2020

Desde el Samán a Maracay.

Recuerdo que era una mañana, a eso de las 9:30am sentado en la mesa del comedor mientras me comía una galleta con café con leche bien espumocito como lo hace mi mamá y bastante azúcar; viendo cómo mi mamá cocinaba un arroz blanco, esmechaba una carne a mano y se oía al fondo el silbido de la olla de presión ablandando unas remolachas, zanahorias y papas para una esalada: entre esos olores de la cocina no recuerdo que hablaba con mi mamá, se escucha la voz fuerte de mi papá que le decía a uno de mis hermanos que dejara de correr que se podía caer. Él entró por la puerta del frente y me dijo "Hola che", saludó a mi mamá con un beso y se sentó conmigo en la mesa. Me miró fijamente y me dijo: "tenemos que hablar contigo" (En mi mente revolucionando a mil por hora diciendo "y ahora que hice, ya me van a regañar").

Mi mamá con su voz sutil me dijo "tranquilo no es nada malo". En eso mi papá hace una introducción bastante peculiar y me dice "¿has pensando alguna vez en estudiar en otro sitio que no sea aquí?"(Con aquí, se refería al Samán, el pueblo de dode soy). Si, cuando vaya a la universidad me imagino-fue mi respuesta-. Pues, no creo que tengas que esperar a tanto porque hemos hablado con tu tía Ignacia (hermana de mi mamá) para evaluar las posibilidades de que vayas a Maracay a estudiar y vivas con ella -Fueron las palabras de mi papá.

Cómo sucede en la mayoría de los casos de las familias en Venezuela, cuando eres de un pueblo tus padres desean mejores condiciones de estudio y crecimiento profesional. En mi caso, yo soy del Samán de Apure,
un pueblo pequeño ubicado una hora y media o dos de San Fernando que es la capital del estado apure. Pueblo pequeño con unas 30 calles aproximadamente, con una iglesia pequeña, dos escuelas y un liceo, dos farmacias, un ambulatorio rural, unas cuantas bodegas, con un río hermoso y con un clima bastante caluroso, conocido por sus toros coleados y peleas de gallos, por sus fiestas patronales y sus fiestas de cada fin de semana en punto fresco o en el caney (sitios públicos donde la gente va a bailar y tomarse sus cervezas) dónde todo el mundo se conoce desde la salida hasta el paso del río. Donde te reciben con un caluroso abrazo y un beso en el cachete, dónde te ofrecen café desde que llegas hasta que te vas, de su comida, ni hablar, la mejor carne asada, las mejores cachapas, la mejor sopa de res es la que he comido en mi pueblo. En el Samán, te hacen sentir que eres parte de la familia desde el primer día que llegas hasta que te vas, te hacen sentir como en casa. 

En la búsqueda de esas mejores oportunidades y haciendo un gran sacrificio primero al dejarte ir tan pequeño (yo tendría unos 11años aproximadamente) y segundo un esfuerzo económico también. Todo con el fin de ayudarte a que obtengas una mejor preparación académica para la vida. 

Fue entonces como después de esa mañana y tantas conversaciones posteriores de como era la vida en la ciudad, a cuáles peligros podría enfrentarme y un sin fin de cosas que mi pequeño cerebro tuvo que ir procesando e irse preparando para cuando llegara aquel día. A pesar de que siempre acostumbraba a ir a Maracay con mi mamá o con mis tías de vacaciones o visitas rutinarias cada año al médico y tenía cierta noción de como era la vida allá, sentía un poco de ansiedad, miedo, incertidumbre y mucha nostalgia de dejar mi casa, de dejar a mi mamá, a mis hermanos (que aunque siempre estábamos peleando, son lo más bello que tengo).

20 de Septiembre del 2001

Aproximadamente a las 6 de la mañana ya estaba listo: bañado, desayunado y esperando que mi papá terminara de alistar su carro para llevarnos al terminal de Achaguas(queda a unos 30-40 minutos aproximadamente de el Samán, es donde hay el terminal más cercano para acceder a un bus hacia la ciudad) a mi mamá, a mi tía Ignacia, a mi tío Samuel (quien era el esposo de mi tía) y a mí. 
Había llegado el día. Día esperado y a la vez no tan esperado. Nos esperaba un expreso del mar que era una de las mejores líneas de autobuses del país, la salida era a las 11am y a las 10am ya habíamos llegado al terminal.
Desde que salimos del Samán mi mamá siempre tuvo una cara llena de nostalgia pero sin decir una palabra, habiendo embarcado las maletas en el bus, haber comprado un rico y delicioso pan de Achaguas para el camino; llegó aquel duro momento de la despedida. Confieso que en ese momento sentí el mas grande de los miedo al ver a mi mamá abrazada con mi tía llorando y algo se decían solo alcance a oír como le decía "herma me cuidas a mi muchacho"

Con su mirada llena de dolor y tristeza, llena de lágrimas mi mamá me dijo que me amaba, que era el tesoro más grande que tenía que la perdonara y me abrazo fuerte que casi me rompe los huesos. Me abrazo no se cuanto tiempo pero yo sentí que fue el abrazo mas largo que nos hemos dado en toda la vida. Sentía que una parte de mi se quedaba ahí, en ese terminal al ver desde la ventana del bus como mi papá y mi mamá abrazados me decían adiós, un adiós temporal pero por mi mente pensaba que sería no se por cuánto tiempo. Recuerdo que mi tía me dijo, "papi, se que estás nervioso, pero todo va estar bien". 

Un liceo para Rubén. 

Ya tenía como una semana aproximadamente en Maracay comenzó el proceso de salir a diferentes liceos a buscar cupo para inscribirme. Ya mi tía tenía parte del camino adelantado: su amiga Mirna quien tenía contactos en un colegio Fe y Alegría de las acacias trato de ayudarnos para entrar allí pero pusieron muchos peros y no se pudo. 
Fuimos también al José Luis Ramos un liceo público dónde estudio mi tío Samuel y mi tía tenía algunos conocidos allí que quedaron en llamarla pero no fue así. Hasta que una noche de visita en la casa de Thais, la comadre y mejor amiga de mi tía hablando del tema, le dice "Comadre pero por acá cerca de la casa (ella vive a un par de cuadras de la casa de mi tía)  hay un liceo público, es bueno, ahí estudian mis sobrinos, porque no van ahí, y si te dejan inscribirlo calidad porque así los muchachos lo ayudan y le echan ojo". 


Y así fuimos al liceo Cristóbal Benítez,
se llamaba mi liceo. Recuerdo que era el un edificio de tres pisos y creo que jamás olvidaré ese olor a libro viejo y a biruta de lápiz recién cortado. Nos recibió una profesora de porte alto, con un pantalón negro bien planchado, camisa blanca, tan blanca casi como la de Carolina Herrera, cabello rubio bien peinado, labios rojos y zapatos de tacón fino color negro. Miriam Serrano-Se presentó- (quien más tarde sería mi profesora de castellano) yo esperaba afuera del pasillo observando cada espacio mientras mi tía era entrevistada en la seccional del primer piso. Alcance a ver como mi tía entregaba y firmaba algunos documentos y al cabo de unos 30minutos aproximadamente salió sonriente y me dijo "ya todo está listo, comienzas el lunes que viene". No sabía que decir, solo sonreía.

Llegó el lunes de inicio de clases y no quería llegar tarde, eran las 12:30m y mi tía no llegaba para llevarme, así que decidí irme solo (desde el primer día me aprendí el camino) llegué a las 12:50 y unos minutos más tarde mi tia asustada buscándome. Entre caras nuevas, yo todo perdido mientras entonaban las notas del himno del estado Aragua. Recuerdo que nos dieron la bienvenida una profesora que parecía ser bien estricta -Oneida Rumbos era su nombre- pero solo era su fachada, terminó siendo la más dulce, amigable y chévere de todas las profesoras, aunque se hacía respetar y no le temblaba la voz para regañarnos y hacernos cantar el himno nacional con voz fuerte y la veces que fueran necesarias hasta que lo entonaramos bien. 

Fue así como fui conociendo a cada uno de mis profesores y nuevos amigos. Entre risas, alegrías, y ciertos momentos de nostalgia cada vez que recordaba a mi familia y todo lo que había dejado, siempre traté de mantener mi mente ocupada entre los libros y tareas para no pensar tanto ello y creo que fue lo que me ayudó a mantener buenas calificaciones y aparecer cada lapso y cada fin de curso en el "famoso cuadro de honor" y poder darle esa alegría y esa satisfacción a mi tía Ignacia y a mí padres. 

Ignacia Novelia

Mi tía que es bastante presumida cuando de mi se trata siempre que iba al liceo y pasaba frente al cuadro decía "ESE ES MI HIJO, TAN BELLO" (cabe destacar que en el fulano cuadro solo estaban los 20 mejores promedios de todo el liceo, y yo estuve ahí los 5años del bachillerato).

Gracias a la disciplina y la constancia que me enseñaron mi tía y su esposo me mantuve siempre enfocado en mantener mis notas altas para seguir dándole esa alegría de verme siempre en el famoso cuadro. 

Mi tía Ignacia es una de la mujeres con el carácter más fuerte que he conocido. Pero por supuesto, así como tiene un gran carácter de esos que con la mirada te dicen un NO rotundo y fulminante, a la vez es la persona más humana, sensible, emprededora, carismática, jovial, bochinchera, alegre, risueña, colaboradora, gentil, proactiva, y con unas ganas de superación increíble. Sin duda alguna, vivir con ella forjo parte de mi carácter: desde verla como hornear uno de los mejores pollos al hornor del mundo hasta la determinación para decir que "las cosas se hacen bien o no se hacen, así de sencillo" ese es uno de sus lemas. 

Mi tía para mí es mi otra madre. Ya que desde siempre ella ha estado allí: siempre que mi mamá ha necesitado de ella y viceversa.   Mi tía adquirió un gran compromison conmigo y con mi mamá al momento de irme a vivir con ella, sobre todo en una etapa tan difícil como la adolescencia, tengo que reconocer que llegue a darle algunos dolores de cabeza pero ella fue siempre tan inteligente que siempre me llevaba un paso adelante sin dejarme derecho a réplica o pataleo como decimos en Venezuela. 

Mi tía para mí siempre será esa heroína que estuvo ahí enseñandome muchas de las cosas que hoy en día se. Que en su momento yo lo veía tedioso, fastidioso y algunas veces llegué a decir "ay mi tía si jode" pero es que gracias a que jodia puedo decir que valió la pena que jodiera tanto. Gracias a eso, me ayudó a formar valores, carácter y sentimientos. 

Mi tía llegó a ser tan cuidadosa conmigo, que en aquel entonces les hablo del año 2002 aproximadamente, que para ir a un cyber tenía horarios (no podía estar más de las 7pm en la calle) me decía ya eres grande, ve con cuidado; lo que yo no sabía es que ella tenía comunicación con Trina, la dueña del cyber y me monitorea sin yo saberlo. A veces decía: "Dios mío pero porque es tan controladora", con el tiempo comprendí, que era preocupación, era sobreprotección y amor. Ya que tenía la responsabilidad de cuidar del hijo de su hermana que ahora se había convertido en hijo suyo, no de sus entrañas, pero su hijo al fin "el niño de Ignacia" así me conocían sus amigas del trabajo, cuando por alguna razón iba a su oficina (dónde todo el mundo la conoce) era imposible pasar desapercibido, siempre recuerdo que Zaida una de sus compañeras de trabajo siempre le decía: "Ignacia, hazme el favor y deja de llamar a Rubén niño, ya él es un hombre" mi tía sonrojada y con una gran sonrisa le respondía "déjeme quieta que él es mi niño, verdad amor (viéndome mientras lo decía)". 

Y si me preguntan cómo es mi tía Ignacia ya les he dicho mi heroína de hierro con un carácter fuerte controlador y sobreprotector pero sobre todo  con el corazón más grande, dulce, noble, humilde y bondadoso que conozco. Así es mi mamá Ignacia Novelia. 

Y fue así como después de 5 años desde aquel 20 de septiembre, fui aprendiendo a desenvolverme, a tener determinación ante ciertas circunstancias, experiencias tras experiencias, hubo alegrías, tristezas, llanto pero detrás de todo eso había algo importante que siempre fue el amor de mi tía que a su manera supo expresarme, siempre estaba ahí guiandome e indicándome como hacer las cosas. Y gracias a esa guía, a esa templanza, a esa determinación por enseñarme hacer las cosas bien, y que gracias a ella estuve año tras año en el famoso cuadro de honor del liceo. Si, gracias a ella, porque si no hubiese sido por ella y su dedicación creo que no hubiese logrado parte de lo que hoy soy. 


martes, 17 de marzo de 2020

Empezar de cero

Apreciada zona de Confort

  ¿Alguna vez en la vida pensaste en abandonar tu preciada y amada zona de confort?-la verdad es  no, jamás se me había ocurrido- Lo cierto es que cuando decides (en el caso de nosotros, los venezolanos, es casi obligado) emigrar, y debes estar conciente que abandonaras todo lo que amas, a todo lo que estás acostumbrado, tal vez -y me incluyo- abandonar la única tarea o profesión para la que te has preparado para la vida. Y si, cuando decides salir de ahí de tu zona, de tu comodidad es cuando te das cuenta que no sabes hacer ni puta mierda que no sea eso para lo que tanto has estudiado y aquí quiero hacer un paréntesis...



      Sucede que en Venezuela hace muchos años, con una carrera profesional podías obtener un buen empleo, si corrías con suerte en algun cargo público, obtener un carro y hasta tu casa. Y ese fue el chip con el que fuimos criados. Y ojo eso no está mal. Pero que pasa: nos encerramos solo en eso y no vemos otras oportunidades que quizá podamos tener a la vista. 

Quiero resaltar, desde mi punto de vista que para mí todo este proceso de emigrar ha sido una constante evolución
, primero como ya lo mencioné: salir de mi área, de mi país, de mi círculo, de dejar de ser mi propio jefe con ingresos diarios, a convertirme en un empleado esperando su pago quincenal (y eso tampoco está mal) el punto es que todo esto te lleva a valorar todo, absolutamente todo lo que comienzas a crear, con otra perspectiva, con otra mentalidad, te convierte en una persona más humilde, más humana e incluso menos egoísta.

Por ejemplo, yo desde que estoy en Lima he pasado por varios trabajos y de cada uno he aprendido muchísimo y como todos he llegado a trabajar hasta 12, 13 y 14horas diarias de domingo a domingo sin descansar. Y es allí cuando comienzas a decir que cantidad de cosas puedo hacer y no lo había visto. Por otra parte, quiero aconsejarles que una de las primeras que cosas que debemos hacer cuando decidimos emigrar es sacarnos ese "chip" de: "Yo en Venezuela era esto, era lo otro" porque de nada sirve eso cuando estás en una ciudad completamente desconocida dónde tienes que comenzar a trabajar de lo que sea para generar ingresos porque tienes gastos que cubrir.

   Y tú qué me estás leyendo ahora, tal vez un médico siendo mozo, o un docente vendiendo comida en la calle, quizá un abogado encargado de una tienda o incluso un odontólogo haciendo deliverys en glovo, quiero que sepas que todo esto es transitorio, quiero que sepas que si te lo propones podrás obtener todo lo que anhelas nuevamente y volver a ejercer lo que tanto amas, se que has aprendido muchísimo al igual que yo y todo este tiempo que has estado de vacaciones de tu profesión te ha ayudado a ser mejor., Te ha ayudado a evolucionar todo tu ser y que todo este esfuerzo ha valido la pena.
Y tú, que apenas comienzas en todo este mar de locuras y aventuras que te da la migración no te desanimes, aprende de cada cosa, se paciente, se humilde y verás como todo poco a poco vuelve a tomar su rumbo. 

Se agradecido


  Y por último pero no menos importante, aprende a respetar y agradecer. Sí, a respetar al país donde estás, que te está recibiendo. Respeta a su gente, a su cultura y a todo lo que tenga ofrece tu nueva casa. Respeta si cultura y aprende a formar parte de esta nueva civilización y agradece siempre. Aunque no estés en el lugar que deseas estar, aunque no estés trabajando en lo que tú deseas, agradece siempre por todo lo bueno y lo malo, por qué fue y por lo que no también porque cuando eres agradecido generas una ola de buenas vibraciones que atraerán a tu vida cosas buenas llenas de abundancia. Y siempre recuerda que "la clave del éxito es hacer algo mientras esperas"